La muerte de Game of Thrones
MFC Editorial
Game of Thrones, una de las series más populares de la historia, finalizó el pasado mes de mayo bajo las críticas de millones de fanáticos decepcionados.
Después de 8 años de fidelidad, hasta los más antiguos seguidores de esta historia han alzado sus voces, afirmando que el final de la serie se sintió apresurado, incompleto, o incluso alegando que Game of Thrones perdió su rumbo mucho antes del estreno de la octava y última temporada.
En este MFC Editorial nos dedicaremos a evaluar los temas de Game of Thrones y ofrecer una posible respuesta al porqué fallaron en cerrar una de las historias más interesantes de la última década.
Mira nuestra reseña del capítulo final de Game of Thrones aquí
Un estudio sobre la muerte
Uno de los puntos fuertes de Game of Thrones, además de su interesante universo y sus carismáticos personajes, es la riqueza temática que introduce en el género de la fantasía épica.
Más allá de ser un thriller político que explora nociones de poder, lo que diferencia a Game of Thrones de cualquier otra serie es la manera tan particular en que se utiliza la muerte como tema y motivo narrativo. Gracias a esto, la serie se luce en sus sorpresivos giros de tuerca que, en la mayoría de los casos, se dan a través de la muerte de personajes clave para el desarrollo más esperado de la historia , dejándonos con la hermosa sensación de incertidumbre que nos hace volver para el siguiente episodio.
Game of Thrones parece ser una serie que trata especialmente sobre la muerte y cada uno de sus personajes se desarrolla en función de su relación con esta. Cómo dan muerte y por qué, qué piensan de la muerte, qué valor le dan, cómo le ganan y cómo pierden ante ella . Esto es así desde el primer episodio, donde lo primero que ocurre es la revelación del antagonista, la Muerte, a través de la aparición de los espectros. Seguidamente, se nos presenta al primer héroe de la historia, Eddard Stark, cuyo sentido del honor y la responsabilidad comprendemos gracias a cómo y por qué acaba con una vida, al ejecutar a un desertor de la Guardia de la Noche que, huyendo de su destino, terminó por encontrarlo.
La temporada cierra con la decapitación de Stark, gracias al mismo honor que lo caracterizó, dando un gran cierre a su arco narrativo y consolidando los temas de la serie. Mientras tanto, en el norte, a Jon Snow se le aseguraba que la guerra de los hombres poco importa frente a la amenaza de una noche eterna. A partir de este punto, cada temporada cierra con la promesa de que los Caminantes Blancos se mueven para hacerse con el mundo de los vivos, el mayor peligro que los personajes deberán enfrentar: la Muerte en carne y hueso.
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¿Qué salió mal?
Habiendo establecido la muerte como el tema central de la historia por los últimos siete años, existe un malestar con el desarrollo de los eventos de la última temporada, siendo una característica que se notó desde la quinta temporada, donde la serie empezaba a sobrepasar la historia de los libros y los showrunners, David Benioff y D. B. Weiss, se quedaron sin historia que adaptar. Ejemplos de esta divergencia son las muertes de personajes como Barristan Selmy y Stannis Baratheon, así como el exterminio de la casa Martell; arcos y personajes de gran valor en la historia general hasta que se convirtieron en obstáculos narrativos para la serie.
La octava temporada de Game of Thrones lo llevó aún más lejos , relegando a la Muerte al mismo destino que sufrieron los personajes mencionados y destruyendo los pilares sobre los cuales se había construido la historia. De esta manera, se dejó de lado la historia del Rey de la Noche y poniendo la lucha por el trono en el centro de la trama, ambos arcos con finales poco satisfactorios para el desarrollo que habían tenido.
Teniendo en cuenta este factor, la ausencia de material adaptable no es excusa suficiente para que sufrió la temporada final de Game of Thrones, pues no hace falta haber leído los libros para sentirnos insatisfechos con una historia que no tuvo pay-off, un cierre concreto para los temas que exploró a través de sus personajes.
Aunque la temporada final de Game of Thrones cierra varios arcos narrativos de forma exitosa, también es cierto que despacha de forma flagrante no solo personajes, sino las nociones más básicas que hacen de Game of Thrones la serie que comenzó siendo, una historia con un plan, el de su creador original: George R. R. Martin.
El motivo que la mayoría de los críticos resalta es la prisa con la que cerró la serie, llegando a conclusiones que, aunque pudieron ser bastante certeras, fallaron en desplegar un desarrollo exitoso de sus causas y motivaciones, abogando por más temporadas o capítulos como la solución para un mejor final. Martin había afirmado estar dispuesto a desarrollar hasta trece temporadas de la serie y HBO parecía estar a bordo, sin embargo, David Benioff y D. B. Weiss aseguraron que extender la serie no sería posible en términos de presupuesto, por lo que decidieron cerrarla en la octava.
Conclusiones
Aunque algunos afirman que el apresurado cierre de Game of Thrones se debe al interés de David Benioff y D. B. Weiss por iniciar nuevos proyectos, como su nueva trilogía de películas de Star Wars, las razones detrás de sus decisiones son irrelevantes.
El hecho es que, en el intento por dirigir la serie hacia el mejor final posible, Game of Thrones terminó siendo una subversión de los temas principales de la historia original, como generalmente sucede en las adaptacion壯陽藥
es cinematográficas de trabajos literarios.
A pesar de esto, para todos los fanáticos que se quedaron con ganas de más historias en Westeros, HBO trabaja junto a George R. R. Martin en el desarrollo de nuevas series en el universo de Game of Thrones. Buen entretenimiento mientras seguimos esperando por Vientos de invierno, la sexta novela de Canción de hielo y fuego, la saga literaria en la que se basó Game of Thrones.
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